Subtítulos en vídeos propios en redes sociales

No puedo con las personas que ponen subtítulos a sus propios vídeos

No puedo con las personas que ponen subtítulos a sus propios vídeos. Y no, no hablo de vídeos de accesibilidad real ni documentales de National Geographic. Hablo de gente que graba un vídeo para Instagram, hablando a cámara desde su habitación, y luego se pasa tres horas poniendo frases como “Hoy me levanté diferente” en la parte de abajo, como si fueran a proyectar el vídeo en una gala de los Premios Goya.

La obsesión con subtitularlo todo ha cruzado una línea. Antes tenía sentido: si estabas en el metro y no querías activar el sonido, podías leer lo que decía alguien. Pero ahora parece que nadie confía en que sus palabras por sí solas tengan valor. ¿Qué es lo próximo? ¿Subtítulos en los audios de WhatsApp? Al tiempo.

Vamos a ver 5 razones por las que esta manía no solo da rabia, sino que además transmite un aura de “tengo un podcast interior que quiero compartir”.

1. Quieren parecer más profesionales… pero queda raro

Los subtítulos en vídeos propios se han convertido en una plaga digital. Están por todas partes, aunque no siempre aportan algo útil. No hablo de accesibilidad real ni de vídeos profesionales. Hablo de esa tendencia absurda de autoexplicarse con textos gigantes, como si el mensaje no bastara. Muchos creadores piensan que los subtítulos en vídeos propios les harán destacar, pero lo que consiguen es el efecto contrario.

2. Son innecesarios si ya se entiende el audio

Si hablas claro, no hay ruido de fondo y tienes un micro decente, ¿para qué subtitularte? No eres Tarantino en versión accesible. Si alguien no puede escuchar el vídeo, probablemente tampoco quiera ver a alguien explicando cómo se hace un batido de avena con proteína vegana.

3. Están puestos para el algoritmo, no para la gente

Aquí viene lo turbio. Mucha gente pone subtítulos porque “el algoritmo premia la retención”. ¿Retención de qué? ¿Del sentido común? Hay quien mete frases en negrita cada dos segundos porque han visto un curso en TikTok que dice que así mantienes la atención. Resultado: vídeos que parecen secuestradores mandando un mensaje con letras recortadas.

Igual que pasa con las fundas de móvil con cuerda, los subtítulos autoimpuestos tienen ese toque de querer gustar demasiado. Son ese “mírame, por favor” digital que huele a desesperación estética.
👉 Lee también: Gente que usa fundas de móvil con cuerda.

4. Pueden distraer más que ayudar

El exceso de texto en pantalla acaba compitiendo con lo que se dice. ¿Leo o escucho? ¿Por qué hay emojis intercalados con cada palabra? Acabas perdiendo el hilo de todo, incluido el respeto por el autor del vídeo. Este tipo de subtítulos en vídeos propios no solo no ayudan, sino que hacen que el contenido parezca forzado y menos natural.

5. Algunos expertos incluso analizan el fenómeno desde un punto de vista de accesibilidad y algoritmos

Y sí, es cierto que hay un uso positivo: accesibilidad, inclusión, comprensión. Pero no estamos hablando de eso. Estamos hablando de gente que graba su reflexión en el coche sobre “cómo superar una ruptura” y le mete subtítulos con sombreado amarillo como si fueran a proyectarlo en Netflix.

Según explican en este artículo de Xataka, el uso de subtítulos tiene sentido cuando se hace por accesibilidad, no por moda.https://www.xataka.com/videos/por-que-ahora-todos-videos-tiktok-instagram-llevan-subtitulos

Conclusión

No es que subtitular tus vídeos sea malo en sí. El problema es hacerlo por inercia, sin necesidad y con el objetivo de aparentar. Como tantas modas digitales, empieza siendo útil y termina convertida en ruido visual. Si tienes algo que decir, dilo. Y si hace falta subtitularlo, que sea por algo más que por postureo viral.

Y sí, sé lo que estás pensando. “Bueno, al menos los subtítulos ayudan a la gente con problemas de audición”. Claro que sí, y para eso deberían estar. Pero no es el caso cuando la misma persona que graba, edita, publica y comenta su propio vídeo se autopone frases como “reflexión del día” o “esto es lo que nadie te dice sobre el éxito”. El problema no son los subtítulos en sí, sino el autoensalzamiento que transmiten. Si lo haces por accesibilidad, adelante. Pero si lo haces para parecer más interesante de lo que eres, tal vez el problema no esté en el texto… sino en el contenido.

Según explican en este artículo de Xataka, el uso de subtítulos tiene sentido cuando se hace por accesibilidad, no por moda: https://www.xataka.com/videos/por-que-ahora-todos-videos-tiktok-instagram-llevan-subtitulos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *