“La fiebre por el ‘sleep streaming’: ¿ver dormir a alguien es el nuevo TikTok?”

imagen creada por MS Designer

En pleno 2025, donde parece que ya lo hemos visto (y transmitido) todo, emerge una nueva tendencia que suena a broma, pero no lo es: el sleep streaming o “ver a alguien dormir en directo”. Sí, has leído bien. Mientras que antes la gente transmitía videojuegos, su vida diaria o cómo hacían un pastel, ahora millones están enganchados a observar cómo otros simplemente se quedan fritos delante de la cámara.

Lo más curioso es que esta moda no empezó en una cueva oscura ni en un rincón olvidado de internet. Grandes plataformas de streaming, que supuestamente compiten por contenido “emocionante”, han reportado picos de audiencia altísimos en canales dedicados exclusivamente a esto. ¿Por qué? Pues parece que hay un efecto hipnótico y hasta relajante que muchos usuarios buscan para desconectar de la sobrecarga digital.

¿Qué es exactamente el sleep streaming?

Básicamente, una persona enciende su cámara mientras duerme y transmite en vivo esa sesión. Sin filtros, sin edición, sin nada más que el acto de dormir. Algunos incluso ponen micrófonos para captar sus ronquidos, sus murmullos y hasta esos clásicos “ay” o “no” que soltamos cuando soñamos cosas raras.

El contenido puede parecer absurdo, pero el fenómeno ha explotado especialmente entre los jóvenes, cansados del estrés y el ritmo frenético de la vida online. Resulta que ver a alguien durmiendo genera una mezcla extraña de tranquilidad y curiosidad morbosa. Es como si todos quisiéramos tener la prueba visual de que, efectivamente, ese influencer o streamer también necesita recargar pilas.

¿Por qué tiene tanto éxito?

  1. Contraste con la hiperactividad digital: Vivimos en un mundo donde todo es acción, movimiento y reacción inmediata. El sleep streaming es el antídoto perfecto: nada pasa, y eso engancha porque tu cerebro puede “bajar el ritmo” sin perder la conexión social.
  2. Efecto ASMR de ronquidos: Aunque parezca extraño, el sonido relajante y repetitivo de alguien respirando profundamente o roncando ha conquistado a miles que lo usan para conciliar el sueño o meditar.
  3. Sentido de comunidad: Los espectadores no solo ven, sino que comentan en tiempo real, especulan sobre los sueños del durmiente o hacen bromas. Se crea una especie de reunión virtual donde lo aburrido es lo divertido.
  4. La autenticidad extrema: En una época de filtros, retoques y actuaciones, el sleep streaming es el contenido más genuino posible: no se puede fingir que duermes mal ni hacer postureo. Es real, crudo y sin maquillaje.

¿Y los propios “sleep streamers”?

Muchos han admitido que al principio les parecía ridículo, pero que luego han visto que este formato les genera ingresos pasivos interesantes. No tienen que hacer nada, solo dejarse llevar por el sueño mientras miles les observan. Eso sí, la privacidad es un riesgo: a nadie le gusta que te graben haciendo caras raras al dormir o que se difundan tus pesadillas.

¿Puede ser perjudicial?

Como en toda moda viral, no faltan las voces críticas. Psicólogos advierten que convertir el sueño en un espectáculo puede trivializar un proceso vital para la salud. Además, dormir “en cámara” puede alterar la calidad del sueño y aumentar la ansiedad, justo lo contrario de lo que buscan los seguidores.

Por otro lado, está la cuestión de la seguridad. Algunos usuarios han denunciado casos en los que extraños han utilizado información privada que captaron durante estos directos para acosar o generar problemas.

¿Qué dice la ciencia?

Aunque parezca absurdo, algunos investigadores han empezado a estudiar este fenómeno para entender por qué el público responde tan bien. La teoría principal apunta a que ver dormir a otros activa en nuestro cerebro la zona que regula la empatía y el descanso, generando un efecto calmante similar al de escuchar música suave o mirar el mar.

¿Y tú, te atreverías a hacer sleep streaming?

El debate está abierto. Algunos ya han probado, otros lo ven como una pérdida de tiempo, y unos pocos lo disfrutan como una experiencia social relajante. Lo cierto es que en un mundo donde la saturación de información es la norma, esta tendencia nos recuerda que a veces… no hacer nada puede ser lo más viral de todo.

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