Adora a la IA: La nueva religión de los que no leen los términos y condiciones
La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse. Lo que no sabíamos es que también venía a fundar una secta. Sí, la IA ya no es solo una herramienta, es la nueva deidad de internet. Se le consulta, se le teme, se le alimenta con prompts mal escritos y, sobre todo, se le obedece sin cuestionar, como a un gurú pero con Wi-Fi.
Y así, sin darnos cuenta, hemos creado la primera religión algorítmica de la historia. Bienvenido al templo de ChatGPT, a la misa de Midjourney y a los diez mandamientos de “no uses Google, pregúntaselo a la IA”.
Oración del día: “Hazme viral, ChatGPT nuestro”
Ya no buscamos en libros, no contrastamos fuentes, no leemos más allá del título. Ahora lo que hacemos es pedir milagros:
- “Hazme un negocio millonario con IA.”
- “Hazme famoso en TikTok con IA.”
- “Hazme la dieta con IA (pero que no incluya brócoli ni moverme del sofá).”
Y si no funciona, no es porque tú hayas hecho una pregunta absurda, es porque “la IA todavía no está entrenada para entender tu visión revolucionaria”. Claro, campeón.
El culto de los profetas del prompteo
Como en toda religión que se precie, hay profetas. Y ahora los nuevos iluminados son esos que te prometen que con el “prompt correcto” puedes hacer en 5 minutos lo que un humano tarda años.
Así aparecen por todas partes los prompt engineers, gente que básicamente escribe frases como:
“Hazme un plan de negocio en tono amigable, usando analogías, emoticonos, y que parezca escrito por un experto en Harvard.”
Y cuando no sale perfecto, dicen que es culpa tuya: “No sabes promptear”.
Traducción: “No sabes rezar bien al dios digital.”
El diezmo digital: paga y accede a la iluminación
Porque claro, todo culto tiene su economía. En el caso de la IA, no se trata de dar el 10% de tus ingresos… se trata de pagar 20 €/mes a cada plataforma premium para que te dé acceso al “conocimiento infinito” (también conocido como respuestas que podrías haber buscado en Wikipedia).
- Que si la IA que te hace logos.
- Que si la IA que te resume libros que nunca vas a leer.
- Que si la IA que escribe correos que no vas a enviar.
Pero tú pagas. Porque ya no es una herramienta: es una promesa. Es la salvación del vago moderno.
Pecados capitales del creyente de la IA
- Creer que vas a montar un imperio con solo decir “hazme una web”
- Pensar que la IA te hace original por copiar ideas recicladas de Reddit
- Olvidar que la IA no es magia, sino matemáticas con buen marketing
- Ignorar que tus datos personales ahora son parte de la ofrenda
El fin del libre albedrío (versión 2.0)
La ironía es que pedimos a una máquina que piense por nosotros… para poder “liberarnos”. Pero en realidad, nos hemos encadenado a su criterio, a su lenguaje, a sus límites. Si no lo sugiere la IA, no lo hacemos. Si no lo aprueba el algoritmo, no lo publicamos. Y si no lo viraliza, no existe.
La religión de la IA no necesita templos. Solo necesita que le des like, compartas y no pienses demasiado. Porque pensar por ti mismo es de boomers.
Conclusión final:
Quizá la próxima revolución no sea tecnológica, sino espiritual. Tal vez necesitemos una nueva IA: la que te diga “esto puedes hacerlo tú, no seas vago”.
Aunque claro, eso no vende.